Venta de animales enfrenta precios bajos en Bolívar
Crisis de precios bajos en la venta de animales afectaría a los productores en Guanujo, Bolívar.

Una aparente crisis se agudiza en la plaza de animales de Guanujo, en donde comerciantes y productores ganaderos se enfrentan cada miércoles y sábado a una dura realidad: precios cada vez más bajos para sus animales y una creciente sensación de manipulación en las transacciones.
Según testimonios recogidos entre los actores del mercado, la situación se ha vuelto insostenible.
Antes, un lechón destetado podía venderse entre 70 y 100 dólares; hoy, su precio ha caído drásticamente, oscilando entre 30 y 50 dólares.
Una baja que no solo preocupa a los productores, sino que también ha encendido las alarmas entre los compradores que observan con recelo la manera en que se están fijando los precios.
“Estamos vendiendo por debajo del costo de producción”, aseguró un productor local que prefirió no ser identificado.
“La inversión en alimentación y cuidados sigue subiendo, pero lo que recibimos a cambio no compensa ni el esfuerzo ni los gastos”.
Precios de insumos para animales afectan a productores en Bolívar
La caída de los precios coincide con el alza sostenida en los costos de insumos, alimentos balanceados y atención veterinaria.
La médico veterinaria Alicia Chela explicó que, por ejemplo, una simple consulta en predio puede costar alrededor de 25 dólares, mientras que procedimientos como la castración de cerdos pequeños rondan los 15 dólares por animal.
“Son cifras que varían, pero impactan directamente en el bolsillo del productor”
Además del panorama económico adverso, hay serias denuncias sobre presuntas prácticas irregulares por parte de comerciantes organizados que, según varios testimonios, imponen precios por debajo del valor real de los animales.
Se menciona que grupos de cuatro o más personas se acercan a los vendedores, ofrecen dinero en efectivo directamente en la mano y, al hacerlo, «sellan» la venta, impidiendo que otros posibles compradores se acerquen con propuestas más justas.
“Llega un grupo, me dice un precio que no me conviene, yo me niego, pero me insisten y me ponen el dinero en la mano. Desde ahí, ya nadie más puede negociar conmigo”, relató un vendedor afectado.