Docente procesado por abuso sexual enfrenta al Tribunal de Riobamba. La decisión definirá si sigue dando clases o enfrentará a la justicia.
La mañana de este 4 de junio, el Tribunal Penal de Riobamba se convierte en escenario de una decisión crucial, la revisión de medidas cautelares contra Juan Enrique Torres Lema, docente de inglés de Pallatanga, procesado por abuso sexual a adolescentes.
Ya no se trata de presunciones ni rumores; el caso está judicializado, y el fiscal exige prisión preventiva, porque la amenaza no es hipotética, es real, tangible y camina a diario por los pasillos de colegios del hermano cantón.
A pesar del proceso penal abierto en su contra, Torres Lema sigue frente a un aula, enseñando en la Unidad Educativa “Luz de América”, en contacto directo con estudiantes del sector rural, con niños y adolescentes que por su entorno son aún más vulnerables.
La sola idea de que un acusado de delitos sexuales continúe impartiendo clases es tan absurda como aterradora. Pero está ocurriendo según versiones de presuntas víctimas desde el 2013.
Sin embargo, este caso, también está lejos de ser reciente, se remonta al 2023. Ese año, la Dirección Distrital de Educación 06D03 Cumandá–Pallatanga, bajo la presidencia de Pedro Aucancela Guacho, decidió archivar el sumario administrativo contra el docente.
La resolución No. 06D03-JDRC-018-2023, emitida el 4 de octubre, declaró que no había pruebas suficientes para sancionar al maestro, de modo que, la decisión fue avalada y archivada.
Docente de Pallatanga es procesado por abuso sexual
¿El resultado? Un agresor sexual formalmente procesado no solo no fue separado del sistema educativo, sino que se le permitió seguir ejerciendo autoridad sobre menores, sin medida ni restricción alguna.
Es un fallo institucional de proporciones graves, que pone en entredicho la capacidad del Estado para cumplir su rol más sagrado.
El Estado tiene un deber constitucional: velar por la integridad física y emocional de los niños, niñas y adolescentes. Cuando sus instituciones se cruzan de brazos, cuando minimizan denuncias y se escudan en tecnicismos, dejan de ser garantes para convertirse en cómplices.
Hoy, la justicia tiene en sus manos la oportunidad de corregir lo que otros dejaron pasar. Las víctimas claman por protección. La sociedad, por justicia. Y la niñez y adolescencia, por no ser ignorada y callada una vez más.
Hoy, un tribunal Penal de Chimborazo tiene la decisión en sus manos de alejarlo de las aulas.
