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Trabajadores agrícolas en Bolívar sin afiliación al IESS

Miles de trabajadores agrícolas en Bolívar laboran sin afiliación al IESS, enfrentando riesgos, bajos salarios y falta de seguridad social

Trabajadores agrícolas en Bolívar sin afiliación al IESS
Trabajadores agrícolas en Bolívar sin afiliación al IESS. laprensa.com.ec

Trabajadores agrícolas en Bolívar laboran sin afiliación al IESS, lo que los deja sin acceso a seguro médico, jubilación ni otros derechos laborales básicos.

En la zona costera de la provincia de Bolívar, miles de jornaleros agrícolas enfrentan cada día largas jornadas de trabajo para sembrar, abonar y cosechar los productos que sostienen la economía local y nacional.

Sin embargo, su labor, fundamental para la producción agrícola, no siempre recibe una remuneración adecuada ni las condiciones laborales que merecen.

En esta región, el pago diario a los jornaleros oscila entre 12 y 15 dólares, dependiendo del tipo de trabajo y la intensidad física requerida.

Las tareas más duras suelen pagar cerca de 15 dólares, mientras que las actividades más livianas pueden estar cerca de los 12 dólares por jornada completa de ocho horas.

Generalmente, el pago se realiza en efectivo al final del día, aunque en algunos casos se hace semanal o quincenalmente. También es común que los empleadores proporcionen comida o refrigerios como parte del jornal.

La mayoría no accede a seguro médico ni jubilación

Sin embargo, la mayoría de los trabajadores no están afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), dejándolos sin seguro médico, décimos ni beneficios de jubilación.

Además del esfuerzo físico y la inestabilidad laboral, los jornaleros de la costa de Bolívar enfrentan riesgos adicionales durante las cosechas, especialmente en cultivos como cacao y plátanos.

El trabajo en estos campos implica el constante peligro de encuentros con culebras, algunas venenosas y otras no, lo que requiere precaución y conocimiento.

Otro riesgo frecuente son los cortes con machetes, herramienta indispensable en estas labores, la cual debe estar siempre bien afilada para facilitar el trabajo y evitar accidentes.

Experiencias de vida entre el esfuerzo y la incertidumbre

José L, jornalero con más de diez años de experiencia en la costa de Bolívar, comparte: “Trabajo de sol a sol, pero a veces solo encuentro empleo algunos días a la semana. Con lo que gano, trato de mantener a mi familia, aunque no es suficiente”.

Por su parte, María Elena señala: “El trabajo es duro y no siempre pagan lo justo. Lo peor es la incertidumbre de cuándo tendré empleo, y también el miedo a los peligros en el campo”.

La precariedad, la inestabilidad laboral y la falta de derechos son retos constantes para estos trabajadores. Es urgente reconocer su esfuerzo, exigir mejores condiciones y garantizar una vida digna para quienes sostienen con su trabajo la producción agrícola del país.

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