Renato Ortuño, segundo ecuatoriano aprobado para eutanasia tras sobrevivir a sicariato
El IESS autorizó la solicitud de Carlos Renato Ortuño, convirtiéndose en el segundo ecuatoriano aprobado para eutanasia desde la despenalización.

El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) confirmó la autorización para que el abogado Carlos Renato Ortuño, de 38 años, acceda a la eutanasia tras quedar con 98 % de discapacidad luego de un atentado en la capital.
Con esta decisión, se convierte en el segundo ecuatoriano aprobado para eutanasia, a poco más de un año de la histórica despenalización del procedimiento en el país.
El atentado que marcó su vida
El 23 de junio de 2023, Ortuño fue víctima de un intento de sicariato en los exteriores del edificio de la Bolsa de Valores de Quito.
Dos impactos de bala dañaron gravemente su médula espinal, provocándole una cuadriplejia irreversible.
Desde entonces, su vida cambió radicalmente.
Durante dos años se sometió a múltiples tratamientos médicos en México, Colombia y España, pero ninguno logró mejorar su condición.
Su diagnóstico fue definitivo: dependencia total y sufrimiento físico constante, sin posibilidad de recuperación.

El proceso legal y la solicitud de eutanasia
Ante esta situación, el abogado decidió ejercer su derecho a una muerte digna.
El 4 de julio de 2025 presentó formalmente la solicitud de eutanasia ante el IESS, respaldado por su familia y representantes legales.
El Comité Interdisciplinario de la institución analizó su caso en tres sesiones, realizadas entre el 14 de agosto y el 2 de septiembre.
Finalmente, el 8 de septiembre de 2025 se emitió la resolución: aprobación oficial para la eutanasia activa voluntaria.
Con ello, Ortuño se convierte en el segundo ecuatoriano aprobado para eutanasia, tras el caso de una paciente con cáncer avanzado en Guayaquil, quien recibió el procedimiento el 8 de mayo de 2025.

Un precedente legal en Ecuador
La eutanasia fue despenalizada en Ecuador el 7 de febrero de 2024, gracias a una sentencia de la Corte Constitucional impulsada por el caso de Paola Roldán, quien padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
El fallo abrió la puerta para que pacientes con enfermedades graves e incurables, o con discapacidades que generen sufrimiento extremo, puedan solicitar el procedimiento de forma voluntaria.
Aunque aún no existe una normativa detallada, los comités médicos del IESS aplican protocolos basados en experiencias internacionales, principalmente de países europeos y latinoamericanos donde la eutanasia es legal.

El impacto social y humano
El caso de Renato Ortuño genera un fuerte debate en la sociedad ecuatoriana.
Para sus allegados, la decisión representa un acto de dignidad y un cierre humano a años de dolor.
“Ha sido un camino duro, lleno de obstáculos médicos y legales, pero finalmente se respetó su voluntad”, expresó un familiar cercano en declaraciones a medios nacionales.
Defensores de los derechos humanos destacan que cada aprobación fortalece la garantía del derecho a decidir sobre el final de la vida.
No obstante, sectores conservadores insisten en que la eutanasia contradice principios religiosos y éticos.
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Lo que viene después
Aunque el IESS ya dio luz verde, aún no se ha informado la fecha exacta en que se realizará el procedimiento.
Se prevé que se lleve a cabo bajo estrictos protocolos médicos, posiblemente en una unidad hospitalaria de Quito.
Este segundo caso oficial abre un camino de reflexión sobre la necesidad de reglamentaciones claras, tiempos de respuesta más ágiles y acompañamiento psicológico a las familias.
Carlos Renato Ortuño al fin descansaría
La historia de Carlos Renato Ortuño, víctima de un sicariato que lo dejó cuadripléjico, quedará marcada como un hito en la construcción del derecho a morir con dignidad en Ecuador.
Su aprobación como el segundo ecuatoriano aprobado para eutanasia evidencia que el país avanza, aunque lentamente, en la consolidación de garantías fundamentales para pacientes en condiciones extremas.
Más allá del debate legal o moral, su caso recuerda que detrás de cada resolución existe un rostro humano, una vida transformada por el dolor, y una última decisión tomada en libertad.