La migración se puede manifestar de diferentes formas para mostrar una de sus caras, siendo inspiración y una manera de comunicar para algunos artistas a través del arte. Así, Miguel Huaraca, artista chimboracense, en sus obras más recientes ha plasmado esta problemática de la nación; que han generado curiosidad, interés y un amplio abanico de mensajes críticos.
El fenómeno de la migración es una realdad que atraviesa y que por generaciones ha trascendido. Varias historias y miradas que guardan los migrante y con ello, acarreando varias consecuencias de esta decisión que marcará sus vidas.
Guaraca en su escultura denominada: Doscientas maletas; plasma la realidad de varias familias que migran por diferentes medios (mar, tierra, entre otros) teniendo varios peligros en su trayecto, que incluso algunos fallecen y solo se puede localizar sus pertenencias. Una situación que actualmente se ha popularizado y no se considera las consecuencias a nivel familias, social, político.
Obra: Doscientas maletas
En la obra se observa una lata grande de sardina y dentro de ellas varias personas, una tras otra, que quiere decir, que muchas veces, los migrantes viajan en la alta mar como ‘sardinas’; asimismo, otra lata de atún atada con cadenas junto al otro, que simboliza no atarse a la esclavitud. Se observan rostros afligidos, moribundos y temerosos recreando las emociones de los viajeros en el interior de los recipientes que hace alusión a las embarcaciones. El artista con esta magnífica obra nos lleva a la reflexión sobre el difícil trayecto que tienen que pasar para viajar a otro país, pasando ‘malos días’.
En la misma línea, otra de sus obras denota sobre las consecuencias de la migración en los niños” cuando los padres migran, los niños que ganan, o que pierde, o en qué les afecta” resaltó debido a que este grupo es el más vulnerable a varios males de la sociedad. Muchos se ellos se quedan bajo una tutela de un familiar y otros en total abandono, en la que falta la crianza y el calor de sus padres. Escena: un niño en pijama a lado una puerta semiabierta, la parte inferior una calavera. En la parte posterior de la puerta, contiene un cuadro que indica una estatua de la libertad que simboliza el anhelado y sacrificado sueño americano.
Desde muy pequeño encontró el arte como una forma de plasmar las problemáticas sociales.”Siempre he querido decir algo con mi trabajo. Las obras no son solo para decorar, sino necesitan decir algo, y me gusta que la gente que vea mi obra empiece a indagar” enfatizó.