En Morona Santiago, un Policía ayudó a un joven a abandonar el consumo de drogas. Actualmente es un profesional y ha formado su familia.
Historias que conmueven: Un Policía ayudó a un joven a abandonar las drogas.
La labor de un policía va más allá de velar por la paz y la seguridad en un determinado sector. Es lo que el coronel de la Policía Nacional, Patricio Vargas, nos hace entender con sus acciones.
Esta historia comienza, con aquellos azares del destino. Acciones y circunstancias que, de alguna manera, se vuelven determinantes para definir cuál será nuestro camino.
Y fue así que, en nombre de esas circunstancias, Anthony Montaño, a sus edad de 13 años, conoció “el amargo sabor de la perdición”.
Quizá fue la soledad, o quizá fue el abandono lo que lo llevó a probar esa primera vez.
Una sustancia tan particular, que lo llevó a perderse en el éxtasis del consumo. Fueron sus amigos, otros niños sin suerte como él, quienes le brindaron esa primera “experiencia”.
Pero, luego de la primera vez, llegó una segunda, y tras ella, una rutina.
“Cuando yo llegué a probar esa sustancia, prácticamente me gustó, me gustó la reacción que me provocaba. Ese fue el comienzo para iniciar con mi drogadicción”, comentó.
La ausencia de su padre lo marcó por completo:
“yo me crié sin mi papá, y cuando veía a un papá abrazando a un niño, enseñándole a jugar pelota o enseñándole a manejar bicicleta; o a una mamá abrazando a su hijo o a una pareja de novios, yo me preguntaba ¿Y qué va a ser de mi vida?”.
Policía ayudó a joven y lo apadrinó en su proceso de salir de las drogas
Y es aquí donde entra Vargas, el hombre que se convirtió en padrino del joven.
“Golpeamos puertas de instituciones púbicas y privadas con el apoyo del Municipio de aquel entonces, el apoyo de la Fundación Valle de Esperanza. Logramos que Anthony tuviera un proceso de rehabilitación”
Para Montaño, Vargas pasó a ser más que un padrino: “él es como un padre para mí. Él es un ejemplo a seguir, no solo para mi, sino para muchas personas”, afirmó.
Vargas contó que, luego de un proceso de formación, su ahijado viajó rumbo a la capital ecuatoriana, para certificarse como guardia de seguridad privada.
A la ceremonia asistió junto con el joven. En emotivos videos se lo puede ver colocándole la corbata para la ceremonia, y momentos después, colocándole su capa y birrete en su graduación.
Estos gestos nos llenan de optimismo y esperanza, además de alentarnos a realizar este tipo de obras con otras personas.
