Periodista llora desconsolado al perder a toda su familia en Gaza tras un bombardeo israelí; el dolor quedó resgistrado en video.
El viernes 6 de junio, Gaza volvió a llorar. Pero esta vez el dolor tuvo nombre, rostro y cámara. Abdulraheem Khidar, periodista y fotógrafo Abdulraheem Khidar, había salido a trabajar, como cada día, con la rutina apretada entre el lente y el corazón. Horas después, una Abdulraheem Khidarlo destrozó.
“Tu casa… tu familia… ya no están”, fue lo que le dijo un vecino entre sollozos. En medio del polvo que todavía flotaba tras el bombardeo israelí, Abdulraheem llegó a su hogar convertido en silencio y cenizas.
Ahí, la cámara dejó de ser herramienta y se volvió testigo: filmó al hombre que se derrumba, que grita por su madre, su padre, sus hermanos. Llama a 48 personas. Nadie responde.
Solo cuatro cuerpos fueron hallados. Los otros permanecen perdidos entre ruinas, entre memorias que ya no podrán ser reconstruidas.
En ese mismo instante, otros periodistas, compañeros de oficio y destino, rompieron en llanto al contar lo ocurrido. La cámara tembló con ellos. La noticia ya no se leía: se sentía.
Desde octubre de 2023, la guerra entre Israel y Palestina ha multiplicado la muerte. Más de 50 mil palestinos han sido asesinados hasta marzo de 2025, según cifras del Ministerio de Salud de Gaza.
La tragedia de Abdulraheem no es la única, pero es un espejo que muestra lo inhumano de la guerra.
Una imagen desgarradora, una historia sin consuelo. Gaza sigue ardiendo. Y el periodismo, ese que sobrevive entre bombardeos, también sangra.
