Dos niños quedan huérfanos tras muerte de su joven madre quien falleció por un problema de salud en Simiátug, Bolívar.
En Simiátug, dos niños quedan huérfanos tras la muerte de su madre de 22 años. La reciente tragedia que afecta a dos pequeños resalta la urgente necesidad de apoyo y atención en la comunidad.
Geomaira Azogue, joven madre de apenas 22 años, falleció el viernes 9 de mayo de 2025 en la comunidad Playa Pamba, producto de fuertes dolores por una infección urinaria no tratada a tiempo.
Su muerte dejó en completa orfandad a sus dos hijos: Mónica, de dos años y medio, y Edwin, de cuatro años.
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La abuela materna, Blanca Azogue, se ha hecho cargo de los pequeños. “Yo me quedo solita. No tengo un trabajo estable y ya tengo otros tres menores bajo mi cuidado.
La falta de atención médica especializada
Según sus declaraciones, el padre biológico de los niños nunca reconoció la paternidad y negó toda responsabilidad. “Cuando ella dio a luz, fui a buscarlo, pero él dijo que no era suyo”,
lamenta Blanca, quien ahora vive en el barrio San José de la parroquia Juan Benigno Vela, en Ambato, donde trabaja por días para sobrevivir.
Geomaira, tras una vida marcada por carencias y desilusiones, había formado un nuevo hogar en septiembre de 2024 con un joven llamado Aníbal Azogue, quien también manifestó no poder hacerse cargo de los hijos de otra relación.
Durante su última etapa de vida, Geomaira padeció intensos dolores estomacales, fiebre y mareos. Fue hospitalizada dos veces en Guaranda, donde los médicos diagnosticaron infecciones urinarias.
Sin especialistas disponibles, se recomendó su traslado a Guayaquil, pero la falta de recursos impidió el viaje. La joven decidió continuar el tratamiento con medicina ancestral en casa, pero falleció a las pocas horas de regresar a Simiátug.
La abuela Blanca Azogue lucha por los niños
El sepelio se realizó el domingo 11 de mayo en el cementerio de la parroquia, mientras la comunidad observa con preocupación cómo dos niños quedan al margen del sistema, sin respaldo estatal ni familiar.
“Pedimos ayuda a las autoridades y a personas de buen corazón. Ellos no tienen nada. No tienen padres, ni casa, ni sustento. Al menos que no queden en el camino”, dice una voz comunitaria.
Comunidad pide ayuda y solidaridad
Para quienes deseen contribuir con un granito de arena, pueden comunicarse con Blanca Azogue al 096-9143-086. Toda ayuda es bienvenida.
En medio del dolor, la solidaridad puede encender una luz de esperanza para Mónica y Edwin.
