“No se, que estaba pasando, me vi unos granos alrededor de mi vagina y tuve miedo, porque he visto eso en internet pero lo vi tan lejano a mi, que lo deje pasar por unos días, hasta que vi que todo había aumentado” dijo Andrea (nombre protegido) quien a sus 19 años sufrió una enfermedad de transmisión sexual o (ETS), también conocida como infección de transmisión sexual (ITS) o enfermedad venérea.

Según la Ginecóloga Camila Rodriguez corresponde a un grupo de infecciones que se transmiten de una persona a otra a través del contacto sexual. Estas pueden ser causadas por bacterias, virus u otros microorganismos, afectando los órganos sexuales y reproductivos, así como otras partes del cuerpo.
En medio de la incertidumbre y el miedo, Andrea tuvo que asimilar su enfermedad de transmisión sexual cuando luego de una consulta a su ginecólogo de confianza este le confirmó su diagnóstico “obtenido de la internet”, “se me cayó el mundo, estaba muy asustada, no sabía qué hacer, porque necesitaba dinero y no tenía” dijo la joven, mientras recordaba aquella experiencia que le costó aproximadamente $200 y más de “mil sustos”, ya que el tratamiento para la ETS que ella padecía necesitaba de intervención con láser para eliminar las lesiones producidas por el ‘Molusco Contagioso’.
Experiencia
“Tuve mi primera intervención, pasaron los días y me di cuenta que necesitaba otra, fue fatal, porque necesitaba más dinero. Aparte me asustaba volver a sentir el dolor que me produjo la primera intervención. Ya que luego de las quemaduras la recuperación fue complicada” dijo la joven. Esto en medio de los lamentos que traen al presente recordar el sufrimiento del ayer. Luego de la segunda sesión Andrea tuvo una recuperación más rápida y menos incómoda puesto que las heridas eran menos.
Según Rodriguez, Andrea “tuvo suerte” ya que el ‘Molusco Contagioso’ es una de las ETS menos graves puesto que en muchas ocasiones no necesita tratamiento ya que es una infección viral de la piel que por lo general, el sistema inmunológico del cuerpo combate y con el tiempo, las lesiones desaparecen por sí solas, en meses o incluso años, “pero no para todos es así, puesto que hay casos de adolescentes que ya se enfrentan a enfermedades muy complicadas como el Virus de Papiloma Humano o incluso el VIH Sida”.