Minas de sal ancestral sorprenden en Salinas de Bolívar
Descubre las minas de sal ancestral en Salinas de Bolívar, donde la tradición milenaria se mantiene viva con procesos comunitarios y turismo.

A 3.500 metros sobre el nivel del mar, en las estribaciones andinas de la provincia de Bolívar, se alza Salinas de Guaranda, también conocida como Salinas de Tomabela. Su nombre nace de las legendarias minas de agua salada, explotadas desde tiempos preincaicos por los pueblos originarios Tomabelas y Puruhás.
Durante la colonia española, estas minas siguieron en uso dentro del sistema de haciendas. La sal se intercambiaba mediante trueque por productos agrícolas y ganaderos, manteniendo viva una economía tradicional que perduró por siglos.
Tradición milenaria en las minas de Salinas
Fue en la década de 1970 cuando Salinas vivió su transformación más profunda. Con la llegada del padre Antonio Polo, misioneros de la Operación Mato Grosso y Salesianos, inició un proceso de cambio social y económico.
Surgió el cooperativismo comunitario y se crearon microempresas locales. La fundación de FUNORSAL (Fundación de Organizaciones de Salinas) consolidó un modelo basado en la economía solidaria, que hoy es referencia nacional e internacional en desarrollo rural sostenible.
La sal, una tradición que sigue viva
La comunera Dolores T, explica que el proceso de obtención de la sal sigue técnicas ancestrales: el agua salada brota de vertientes naturales, se deposita en pozas o “chagras”, se evalúa con la prueba del huevo para medir su concentración y, finalmente, se hierve hasta obtener sal pura.
Esta se destina tanto al consumo local como a la venta. Las pozas tienen nombres que evocan el vínculo con la tierra y la cosmovisión indígena: Cando Cari, Cando Guarmi, Cando Churi.
Producción ancestral de sal fortalece a Salinas
Carlos Pardo, visitante frecuente, destaca que Salinas está a solo 30 o 40 minutos de Guaranda, hacia el norte.
El acceso es por carretera asfaltada y se cuenta con transporte regular en camionetas de las cooperativas Transalinerito el valor es de $1.25 Los turistas pueden recorrer las minas de sal, visitar el museo comunitario y participar de recorridos guiados organizados por los mismos comuneros, que se preparan para recibir a turistas locales, nacionales y extranjeros con calidez y orgullo.
Salinas de Guaranda no solo preserva un patrimonio milenario ligado a la sal, sino que también representa un modelo exitoso de desarrollo comunitario sostenible.
Allí, la tradición, la cooperación y el turismo responsable se entrelazan en una experiencia única, auténtica y profundamente humana.