México propone matrimonios temporales de hasta cinco años para reducir divorcios; la medida divide a expertos, políticos y ciudadanos.
En Jalisco, el Congreso estatal ha desatado un intenso debate con una propuesta legal inédita en México permitir matrimonios temporales con una vigencia de entre dos y cinco años, renovables al término del contrato.
La medida, presentada por el diputado Enrique Velázquez González, busca ser una herramienta legal para reducir los divorcios conflictivos, sus altos costos emocionales y los engorrosos procesos judiciales.
La iniciativa fue entregada a la Comisión de Puntos Constitucionales, donde se analiza una posible reforma al Código Civil.
El proyecto permitiría que, al vencer el contrato matrimonial, las parejas decidan entre tres opciones: renovar el vínculo, modificar los términos o disolverlo de forma ágil y sin juicio.
¿Por qué se proponen matrimonios temporales en México?
Velázquez sostiene que no se trata de “banalizar” el matrimonio, sino de adaptarlo a los modelos afectivos actuales. “Queremos relaciones responsables, pero con libertad de evaluar su continuidad sin consecuencias legales innecesarias”, explicó en rueda de prensa.
La figura propuesta contempla cláusulas preestablecidas relacionadas con aspectos económicos, vivienda, custodia de hijos y otros acuerdos que suelen generar conflictos al disolverse una unión tradicional.
Según datos del INEGI, en 2023 hubo más de 160 mil divorcios en México, y una parte significativa correspondió a parejas que no superaron los cinco años casados.
Para los impulsores de la reforma, estas cifras justifican la necesidad de modelos más flexibles.
Aunque algunos especialistas en derecho familiar ven en esta propuesta una oportunidad para descongestionar los juzgados civiles y empoderar a las parejas, sectores conservadores y religiosos han reaccionado con rechazo, al considerar que atenta contra la institución del matrimonio como pilar de la familia.
Inspirada en debates legales de países como Alemania, la idea aún debe recorrer un largo camino legislativo.
No obstante, ha logrado algo que pocas reformas consiguen: poner en el centro del debate público la forma en que el Estado regula los vínculos afectivos en tiempos de cambio.
Por ahora, la ciudadanía sigue la discusión con interés, y también con recelo, ante una propuesta que podría convertirse en precedente nacional o quedar en el archivo del experimento legislativo.
