LAS CIFRAS DE LA INFANCIA EN EL ECUADOR
Las cifras sobre la situación de la infancia en el país revelan la magnitud de la crisis social a la que nos enfrentamos. Según las estadísticas presentadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (junio de 2025), la mitad de los niños y niñas en Ecuador viven en situación de pobreza, lo que representa más de 1.7 millones que carecen de acceso a educación adecuada, salud, nutrición, vivienda digna y acceso a servicios básicos.
De otra parte, los datos del Ministerio de Educación señalan que aproximadamente 450.000 niños, niñas y adolescentes están fuera del sistema educativo, lo que representa más del 10% de la población en edad escolar; algo más de 73.000 estudiantes abandonaron las aulas entre el 2023 al 2024. La deserción escolar se concentra en la edad más vulnerable al reclutamiento criminal, estudiantes entre 16 y 17 años (34%).
En este escenario convergen diferentes factores: pobreza, deserción escolar y abandono del estado, lo que crea las condiciones perfectas para el reclutamiento criminal en donde las bandas delincuenciales ocupan ese vacío institucional, identifican carencias y las transforman en incentivos, en sentido de pertenencia, en la normalización de la violencia y en crimen como modelo de éxito.
Un estudio reciente del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO) y la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF) da cuenta de la magnitud de lo que está sucediendo en el país. Del total de los menores que fueron parte del estudio que se realizó en nueve ciudades de la costa; el 8.1% reconoció que pertenecía a un grupo criminal, el 51.1% de los adolescentes encuestados, indicaron que en sus barrios hay presencia de grupos delictivos, lo que señala que más de la mitad de los jóvenes en estas zonas conviven a diario con el crimen organizado.
La concentración geográfica de la violencia coincide con las zonas de mayor deserción escolar y pobreza infantil. Guayas concentra el 49,56% de todos los homicidios del país, seguido por Los Ríos con el 13% y Manabí con el 12,3%. Estas mismas provincias presentan las mayores caídas en matrícula escolar, los más altos índices de pobreza infantil y la mayor cantidad de menores detenidos por actividades criminales. La geografía del abandono estatal coincide exactamente con la geografía de la violencia.
La crisis de la infancia en Ecuador y su relación con la violencia, no se resuelve con operativos policiales o reformas penales; su raíz es estructural. Mientras el estado esté ausente, las bandas criminales seguirán reclutando a los niños, niñas y adolescentes con la misma facilidad con que se cosecha en terreno fértil

