“¡Por piedad!, suplicaba mi hija” dijo la madre de Brenda Layedra, una riobambeña de 23 años, que falleció en el centro de rehabilitación Punto de Partida (CETAP) ubicado en Ambato, a cargo de Alejandra Montero.

Alejandra Noboa madre de Brenda Layedra entre lágrimas clama justicia, puesto que aún no logra asimilar la desgarradora escena de su hija en cunclillas suplicando piedad, debido a los ‘castigos’ impartidos por Montero, después de que la joven bebiera alcohol etílico de un mechero, el pasado sábado 2 de septiembre.
La pesadilla tendría inicio cuando en medio de una actividad lúdica (karaoke) la joven bebió la sustancia prohibida a escondidas de los ecargados, horas mas tarde los efectos delataron a Brenda, quien luego de unos minutos confesaría su accionar. “yo creo que debieron llevarle al doctor, que le revisen y luego dar paso a otro tipo de sanciones, pero no fue asi” dijo Noboa.
‘Escarmientos’ que recibiría Brenda
Enseguida la serie de ‘castigos’ tendrían inicio obligando a la joven a que se vote un balde de agua fría, llegaron las 22H00 y Brenda empezaría a pedir socorro, puesto que “no aguantaba con el dolor de estomago”, pero lo único que recibió fueron insultos y más ‘escarmientos’, obligandole incluso a dormir con camisa de fuerza.
“El domingo en la mañana la doctora Alejandra me llamó para que le deposite para unos exámenes que le iban a hacer, pero nunca me contó que se sentía mal, solo dijo que estaba con una mala actitud, como que nada le importa”, repitió la madre con el corazón en la mano y la impotencia sobre la mesa, puesto que en medio del dolor las compañeras del centro de rehabilitación le comentaron que la joven gritó “ya hagan lo que quieran pero porfavor denme agua, llevenme a un doctor, me duele demasiado la barriga, no estoy mientiendo”.
La joven ya no podía comer y su estado anímico empeoraba, pero las ‘sanciones’ continuaban, puesto que sobre ella cayó un nuevo balde de agua y luego fue obligada a subir en conclillas todas las gradas para permanecer bajo el sol durante varias horas.
En la tarde “ella ya no aguantaba mas” dijo la madre, puesto que las compañeras afirmarían que Brenda pedía auxilio porque estaba perdiendo la vista, suplicas que rondan sus mentes ya que “vimos morir a Brenda ahí frente a todos y no hicieron nada”.
En el centro de rehabilitación
La madre de Brenda Layedra firmó un contrato para 6 meses, y cancelaba $600 mensuales, además de enviar insumos de higiene, medicinas, entre otras cosas para la pronta recuperación de su hija.
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