Joven de 26 años muere por exceso de trabajo, su último mensaje te dejará sin palabras
Joven de 26 años muere por exceso de trabajo, un caso que expone explotación laboral y desata críticas contra empresas que priorizan productividad sobre bienestar.

Joven de 26 años muere por exceso de trabajo, un hecho que ha conmocionado a miles de usuarios en redes sociales y que ha reabierto el debate sobre las extenuantes jornadas laborales que afectan a sectores como la gastronomía, retail y servicios.
La víctima, identificada como Jeong Hyowon, trabajaba en la reconocida cadena de panaderías London Bagel Museum, en Corea del Sur, donde cumplía jornadas que superaban las 80 horas semanales.
Su muerte no solo generó indignación a nivel nacional, sino que impulsó una ola de críticas contra empresas que continúan operando fuera de los límites legales establecidos para la protección de los trabajadores.
Las autoridades ya investigan presuntos abusos y omisiones de la compañía empleadora.
Jornadas superiores a las 80 horas semanales: una práctica ilegal pero habitual
De acuerdo con reportes difundidos en medios internacionales, Jeong llegó a trabajar hasta 21 horas consecutivas pocos días antes de fallecer.
En Corea del Sur, la ley laboral establece un máximo de 52 horas semanales, sin embargo, la cultura del sobretrabajo continúa normalizada en algunos sectores.
Sus compañeros de trabajo declararon que Jeong asumía tareas múltiples y se mantenía activo incluso durante horas en las que la tienda permanecía cerrada al público.
Aunque la empresa asegura que las horas extras eran “voluntarias”, la familia del joven afirma que existía presión interna por cumplir metas y sostener el ritmo operativo.
La autopsia determinó que Jeong no tenía enfermedades previas que pudieran explicar su fallecimiento, reforzando la hipótesis de que el agotamiento extremo fue un factor determinante.
El último mensaje que generó conmoción en redes sociales
Uno de los elementos que mayor indignación provocó fue el último mensaje que Jeong envió a su pareja.
En él, se disculpaba por no responder a tiempo:
“Perdón por no escribir antes. La tienda estaba tan llena que ni me di cuenta de que me salté la cena.”
La frase se viralizó rápidamente y se convirtió en símbolo de la sobrecarga laboral que afecta a millones de trabajadores en Asia.
Usuarios en plataformas sociales como X, Instagram y TikTok denunciaron que situaciones similares son parte de la realidad de muchas personas jóvenes que buscan estabilidad económica en ambientes laborales altamente competitivos.

La respuesta de la empresa y el inicio de acciones legales
La cadena London Bagel Museum emitió un comunicado asegurando que los empleados pueden decidir si trabajan horas extras y que un fallo técnico en el sistema de huellas habría afectado el registro exacto de jornadas.
Sin embargo, organizaciones laborales han cuestionado estas afirmaciones, señalando que la carga de trabajo evidenciada por los propios empleados sugiere prácticas más profundas de explotación.
La familia del joven ya inició acciones legales por lesiones laborales, acusando a la empresa de negligencia y violación a las leyes laborales vigentes.
Al mismo tiempo, autoridades y partidos políticos han solicitado una investigación formal para determinar si existió responsabilidad corporativa.
Un problema global: el fenómeno del sobretrabajo y sus consecuencias
La muerte del joven se suma a los casos asociados al fenómeno conocido como karōshi, término japonés que significa “muerte por exceso de trabajo”.
Aunque este concepto nació en Japón, hoy es una realidad que se extiende por varios países industrializados.
Organismos internacionales, incluida la OMS, advierten que trabajar más de 55 horas semanales incrementa significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
La tragedia de Jeong expone un problema global que urge ser atendido.
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Un llamado a proteger la vida laboral
El caso evidencia la necesidad de reforzar normativas, supervisión y políticas que garanticen condiciones laborales dignas.
La historia de un joven que perdió la vida por cumplir con exigencias desmedidas debe convertirse en un punto de inflexión para gobiernos y empresas alrededor del mundo.
