Israel lanza bombas contra instalaciones estratégicas en Irán
Israel lanza bombas sobre Irán en un ataque aéreo sin precedentes que reaviva tensiones nucleares y desata alerta global inmediata.

El 13 de junio, Israel ejecutó una ofensiva aérea contra objetivos estratégicos en territorio iraní durante la madrugada del viernes, en una acción militar que el gobierno israelí calificó como “ataques preventivos”.
La operación, denominada León Ascendente, apunta al corazón del programa nuclear iraní y a centros de desarrollo de misiles, en lo que representa una de las mayores escaladas militares entre ambos países en los últimos años.
Objetivos alcanzados del ataque con bombas de Israel a Irán
Según el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, los ataques impactaron la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, considerada por agencias internacionales como uno de los pilares del programa atómico iraní.
También se habrían alcanzado instalaciones científicas, laboratorios y bases utilizadas por la Guardia Revolucionaria para el desarrollo de misiles de largo alcance.
Medios estatales iraníes confirmaron la muerte del general Hossein Salami, comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica, lo que representa una pérdida significativa para la estructura militar iraní. Al menos otras doce personas, entre personal técnico y de seguridad, también habrían fallecido.
Imágenes difundidas por agencias de noticias muestran a equipos de emergencia atendiendo incendios y escombros en diversos puntos de Teherán y la provincia de Isfahán.
Estados Unidos se deslinda, pero tenía conocimiento del ataque con bombas de Israel a Irán
Pese a la magnitud de los ataques, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, negó cualquier participación o asistencia en la operación israelí.
Sin embargo, fuentes cercanas al sistema de inteligencia norteamericano señalaron que el gobierno estadounidense tenía conocimiento previo de la ofensiva desde al menos una semana antes.
Una fuente con acceso directo a los informes indicó que Estados Unidos recibía actualizaciones frecuentes sobre la planificación de Israel y que evaluaba distintos escenarios, aunque Israel no compartió detalles específicos hasta poco antes del ataque.
Este ataque coincide con el vencimiento de un plazo de 60 días que el expresidente Donald Trump habría otorgado a Irán para alcanzar un acuerdo sobre su programa nuclear.
El plazo, fijado mediante una carta enviada al líder supremo iraní, ayatolá Alí Jamenei, comenzó el 12 de abril, cuando se reanudaron las conversaciones nucleares entre ambos países.
“Hoy es el día 61. Les advertí que si no negociaban, las consecuencias serían graves”, afirmó Trump este viernes durante una entrevista. Aunque ya no ocupa la presidencia, sus declaraciones siguen influyendo en la política exterior estadounidense y elevan la presión sobre la Casa Blanca.
Aunque no existen pruebas que confirmen que el cambio de régimen fuera un objetivo explícito, analistas no descartan esta intención como parte de una estrategia más amplia.
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, justificó la acción afirmando que el país enfrenta una amenaza directa. “Estamos en un punto clave donde, si lo perdemos, no tendremos forma de evitar que Irán desarrolle armas nucleares que amenacen nuestra existencia”, declaró.
Evaluación internacional al ataque en Irán
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación. Las Naciones Unidas convocaron a una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad, mientras varios países europeos hicieron un llamado a la contención para evitar una guerra regional.
La directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Tulsi Gabbard, reiteró en marzo que no hay indicios de que Irán esté desarrollando actualmente armas nucleares ni que su líder supremo haya ordenado retomar dicho programa desde su suspensión en 2003.
Hasta el momento, el gobierno iraní no ha emitido una respuesta oficial. Se espera que en las próximas horas se conozca una posición formal por parte de Teherán. Analistas consideran que una respuesta militar directa podría detonar una escalada mayor en la región.
La ofensiva marca un punto de inflexión en la relación entre Israel e Irán, y genera preocupación global sobre la estabilidad de Medio Oriente.
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