Jorge Glas es trasladado a la Cárcel del Encuentro, así reacciona el correísmo
En un operativo nacional, Glas es trasladado a la Cárcel del Encuentro, generando reacciones políticas y cuestionamientos por parte de la oposición.

En una de las operaciones más importantes del sistema penitenciario ecuatoriano, Glas es trasladado a la Cárcel del Encuentro junto a 300 reclusos catalogados como de alta peligrosidad.
La medida, impulsada por el presidente Daniel Noboa, busca consolidar su política de “mano dura” y fortalecer el control sobre las cárceles del país, históricamente dominadas por el crimen organizado.
El operativo: de La Roca a Santa Elena
El ministro del Interior, John Reimberg, confirmó que todos los presos de la cárcel de máxima seguridad La Roca fueron trasladados hacia el nuevo centro penitenciario de máxima seguridad.
Conocido como Cárcel del Encuentro, ubicado en la comuna Juntas del Pacífico, en la provincia de Santa Elena.
El operativo se desarrolló la madrugada del lunes 10 de noviembre bajo un estricto protocolo de seguridad.
Participaron unidades tácticas de la Policía Nacional, Fuerzas Armadas, drones de vigilancia y helicópteros de escolta.
Las autoridades mantuvieron el traslado en total reserva para evitar filtraciones o intentos de fuga.
Según el ministro Reimberg, la nueva cárcel cuenta con
“Tres anillos de seguridad, vigilancia aérea y control total del espacio aéreo, prohibiendo cualquier sobrevuelo de drones o aeronaves no autorizadas”.
La infraestructura fue diseñada para garantizar el aislamiento absoluto de los reos y eliminar el contacto con el exterior, uno de los principales problemas de las prisiones ecuatorianas.
Reacciones políticas y controversia jurídica
El traslado de Jorge Glas provocó fuertes reacciones en el ámbito político y judicial. La excandidata presidencial Luisa González, del movimiento Revolución Ciudadana.
Calificó la medida como una “humillación institucional” y acusó al presidente Noboa de “utilizar el caso con fines electorales y mediáticos”.
Por su parte, la defensa de Glas sostuvo que Glas es trasladado a la Cárcel del Encuentro en desacato a las medidas provisionales dictadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que ordenaban al Estado ecuatoriano proteger su salud e integridad física.
La abogada Sonia Vera anunció que presentará una nueva denuncia internacional por violación de derechos humanos.
En respuesta, el Gobierno reiteró que el traslado se enmarca en el plan nacional de seguridad y que todos los internos fueron reubicados “bajo igualdad de condiciones y sin privilegios”.
“En la Cárcel del Encuentro no hay jerarquías ni excepciones; todos cumplen las mismas reglas”, afirmó Reimberg.
La Cárcel del Encuentro: emblema del nuevo modelo penitenciario
Ubicada estratégicamente en una zona aislada de Santa Elena, la Cárcel del Encuentro albergará a unos 800 internos bajo estricta vigilancia.
Su diseño moderno incluye sistemas de reconocimiento facial, celdas automatizadas, monitoreo remoto desde Quito y tecnología antiintervención de comunicaciones.
Según el Ministerio del Interior, este penal representa el eje del nuevo modelo penitenciario impulsado por Noboa, orientado a desarticular las redes criminales internas, eliminar privilegios y reducir la violencia carcelaria.
“Este es un paso firme hacia un sistema penitenciario más seguro y transparente”, aseguró el ministro.

Implicaciones políticas y sociales
La decisión de trasladar a Glas no solo tiene implicaciones de seguridad, sino también políticas.
Para el Gobierno, el mensaje es claro: la justicia se aplica sin excepciones.
Sin embargo, para la oposición, la medida es un intento de propaganda que busca fortalecer la imagen presidencial en medio de un clima político polarizado.
Analistas señalan que el traslado de Glas a la Cárcel del Encuentro podría redefinir la relación entre el correísmo y el actual gobierno, al convertir al exvicepresidente en un símbolo de confrontación política y jurídica.
Mientras tanto, la sociedad ecuatoriana se mantiene dividida.
Una parte respalda la decisión como un acto necesario para restablecer el orden en las cárceles; otra la percibe como una acción con trasfondo político.
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Nueva cárcel en Ecuador
El operativo que llevó a que Glas sea trasladado a la Cárcel del Encuentro marca un punto de inflexión en la política de seguridad ecuatoriana.
Daniel Noboa busca consolidar su narrativa de control, orden y autoridad, mientras la oposición denuncia violaciones a los derechos humanos.
Lo cierto es que este traslado simboliza el inicio de una nueva etapa en la lucha por el control del sistema penitenciario del país, donde la seguridad, la legalidad y la política se entrelazan en un delicado equilibrio que definirá el rumbo del Ecuador.
