Autoridades revelaron cómo una peligrosa criminal engañaba mujeres embarazadas para robar bebés, extraer órganos y lucrar con venta internacional.
Martha Alicia Méndez Aguilar, conocida como “La Diabla”, fue detenida el pasado 2 de septiembre en México, acusada de liderar una de las redes criminales más crueles de los últimos años.
Según las autoridades, engañaba mujeres embarazadas para robar bebés, someterlas a cesáreas clandestinas y traficar tanto a los recién nacidos como los órganos de las madres.
La operación delictiva estaba vinculada directamente al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las organizaciones criminales más poderosas de México.
Esta práctica ilegal, de acuerdo con exagentes de la DEA, genera ganancias millonarias en el mercado negro y representa un riesgo creciente en la frontera entre México y Estados Unidos.
Engañaba mujeres embarazadas para robar bebés: el modus operandi
Las investigaciones revelan que “La Diabla” actuaba con total frialdad.
Mediante promesas falsas de atención médica, empleo o apoyo económico, captaba a mujeres vulnerables en situación de pobreza.
Una vez ganada su confianza, las trasladaba a lugares improvisados donde se les practicaban cesáreas ilegales.
Allí ocurría lo impensable: los recién nacidos eran arrebatados de sus madres y vendidos en el mercado negro.
El precio rondaba los 13.500 dólares por cada bebé, según reportes oficiales.
En algunos casos, además, se realizaba la extracción de órganos de las mujeres, lo que convirtió este caso en uno de los más estremecedores de la región.
El exagente de la DEA, Mike Vigil, afirmó que este tipo de delitos puede generar hasta 1.700 millones de dólares en ganancias, lo que explica el interés de los cárteles en participar activamente en esta actividad ilícita.
Operativo internacional para detener a “La Diabla”
La captura de Martha Alicia Méndez Aguilar no fue tarea sencilla.
Tras meses de seguimiento, se ejecutó un operativo binacional entre México y Estados Unidos.
Participaron agencias como el Servicio de Alguaciles de EE. UU. (USMS), el FBI, el Servicio de Seguridad Diplomática (DSS) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), en coordinación con la policía mexicana.
Gracias a esta acción conjunta, “La Diabla” fue ubicada y arrestada en México.
Actualmente, permanece bajo custodia mientras se desarrollan los procesos judiciales por trata de personas en la modalidad de uso de menores con fines criminales.
Consecuencias legales y ampliación de la investigación
La Fiscalía mexicana analiza ampliar los cargos en contra de Méndez Aguilar, debido a que las pruebas indican su participación directa en múltiples delitos: trata de personas, venta ilegal de recién nacidos, tráfico de órganos y vínculos con la delincuencia organizada.
Además, las autoridades no descartan nuevas detenciones de colaboradores que habrían participado en la logística del traslado de bebés y en la venta a redes internacionales.
Se investiga también la ruta de adopciones falsas utilizadas para introducir a los recién nacidos en Estados Unidos.
Un crimen que sacude a América Latina
El caso de “La Diabla” ha generado indignación no solo en México, sino en toda Latinoamérica.
La mujer que engañaba mujeres embarazadas para robar bebés se ha convertido en el símbolo de este delito, que expone la vulnerabilidad de mujeres de escasos recursos y el alcance de las organizaciones criminales.
Organismos internacionales como la ONU y ONGs defensoras de derechos humanos han alertado sobre la necesidad de reforzar la protección a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad, ya que este tipo de prácticas podrían repetirse en otros países de la región.
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Martha Alicia Méndez Aguilar, conocida como “La Diabla”
La captura de “La Diabla” marca un golpe significativo contra las redes de trata de bebés y tráfico de órganos.
Sin embargo, también deja al descubierto una realidad alarmante: existen estructuras criminales dispuestas a lucrar con la vida humana de las formas más crueles posibles.
El desafío ahora para las autoridades será desarticular toda la red, proteger a las víctimas y garantizar justicia para quienes fueron engañadas con promesas falsas, pero terminaron enfrentándose a la tragedia de perder a sus hijos.
