El 70% de la cocaína mundial atraviesa Ecuador, un fenómeno que expone la vulnerabilidad de la seguridad y control fronterizo nacional.
Según un reciente reportaje de The New York Times, el 70% de la cocaína mundial atraviesa Ecuador, convirtiendo al país en un nodo estratégico del narcotráfico internacional.
Aunque Ecuador no es productor de cocaína, su ubicación geográfica, puertos estratégicos y rutas marítimas lo han transformado en una verdadera “superautopista” de drogas.
El fenómeno ha generado alerta en autoridades nacionales e internacionales, dado que el flujo de estupefacientes no solo alimenta el mercado global, sino que también aumenta la violencia, la corrupción y la inseguridad dentro del territorio ecuatoriano.
Ecuador como corredor del narcotráfico internacional
El país se ha convertido en un punto clave para el tránsito de drogas provenientes de Colombia y Perú, con conexiones directas hacia México, Estados Unidos y Europa.
Las organizaciones criminales aprovechan la infraestructura portuaria, aeropuertos y rutas terrestres para movilizar cargamentos de cocaína de manera clandestina.
Expertos señalan que esta situación se intensificó después de 2009, cuando la salida de la base militar estadounidense en Manta redujo la presencia internacional en operaciones antidrogas.
Este vacío permitió a los cárteles establecer redes logísticas más sofisticadas, facilitando el tránsito el 70% de la cocaína mundial que atraviesa Ecuador.
Métodos de transporte y redes criminales
Las bandas criminales utilizan métodos innovadores para mover la droga: contenedores aduaneros adulterados, submarinos improvisados, lanchas rápidas y rutas terrestres que conectan con zonas rurales poco vigiladas.
Además, la colaboración de estructuras locales ha incrementado el reclutamiento de jóvenes vulnerables ante la falta de oportunidades económicas.
“La logística del narcotráfico en Ecuador es un ejemplo de cómo la geografía y la corrupción pueden facilitar un comercio ilegal global”, asegura un experto en seguridad internacional.
Impacto en la seguridad y sociedad ecuatoriana
El tránsito masivo de drogas ha tenido consecuencias directas en la seguridad del país.
El aumento de asesinatos, enfrentamientos entre bandas, explosiones de vehículos y masacres en prisiones refleja la magnitud del problema.
Además, la presencia de organizaciones internacionales intensifica la corrupción y debilita la gobernabilidad local.
La violencia generada por el narcotráfico también afecta la vida cotidiana: ciudadanos viven con miedo, comerciantes enfrentan extorsiones y zonas urbanas y rurales experimentan un aumento en delitos relacionados.
Esfuerzos de las autoridades y desafíos
A pesar de los decomisos realizados por la policía y la Fiscalía, estos representan apenas una fracción del total de droga que atraviesa el país.
Los expertos advierten que, si no se tiene un plan estratégico integral y recursos suficientes, Ecuador continuará siendo un punto crítico en el tráfico global de cocaína.
El Estado ha implementado operativos en puertos y rutas terrestres, pero la magnitud de las redes criminales requiere coordinación internacional y fortalecimiento de los sistemas de control y vigilancia.
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País de tránsito para droga
El 70% de la cocaína mundial atraviesa Ecuador, lo que sitúa al país en una posición estratégica y peligrosa dentro del narcotráfico internacional.
El reto para las autoridades ecuatorianas es mayúsculo: controlar las rutas de tránsito, reducir la violencia asociada y recuperar la confianza de la ciudadanía.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa cómo Ecuador se consolida como una pieza clave en un comercio ilegal que afecta a millones de personas en todo el mundo.
La combinación de geografía, logística y vulnerabilidad social convierte al país en un corredor de drogas que requiere acciones inmediatas y coordinadas para frenar su expansión.the
