El 20 de diciembre de 2023, Alex Saab, testaferro de Maduro, fue liberado en territorio estadounidense por orden del presidente Joe Biden. Unos meses antes, en octubre de 2022, Efraín Campo y Franqui Flores, sobrinos de Maduro, sentenciados por narcotráfico, también fueron liberados por Biden. ¿Por qué? El gobierno de Biden requería del petróleo venezolano para detener el aumento de los precios de los combustibles a causa de la ideología del “apocalipsis climático”.
Esos días se acabaron. Estados Unidos no necesita del petróleo venezolano ni de una narco dictadura que ha enviado toneladas de estupefaciente al mundo. Los chantajes de Maduro se terminaron. Solo tiene tres opciones: huir, vivir en una cárcel por el resto de su vida o morir. Ninguna de las opciones incluyen seguir en el poder, como ninguna de las opciones incluye seguir financiando a Cuba o a los prófugos de la justicia.
El partido demócrata lo lamenta porque representaría un triunfo geopolítico para los republicanos. Los progresistas de América Latina lloran a escondidas, no quieren ser asociados con una narco dictadura pero extrañan a Chávez y Correa. Finalmente, los prófugos están atemorizados, solo les queda México para refugiarse.
