Vendimia
Hay momentos que figuran reflexión, y otros que claman por acción; la conclusión de un año atesora ambas. Entre el fulgor de la música, los deseos de medianoche y la remembranza del recuerdo; nos erguimos indómitos y fugaces a nuevos mañanas, pues la sensación se transforma en la oportunidad de escribir un nuevo capítulo; uno más solemne y propio a quienes somos.
Y que decir de las experiencias que nos forjaron mientras descubrimos el amor, el esfuerzo, la pena, el luto y la victoria; de aquellas voces que hicieron eco en nuestros sueños y los abrazos que permitieron mantenernos eternos. Fuimos en este año historias que inspiraron, acompañaron y enseñaron; como las lecciones que aprendes de tu abuela, o los consejos que escuchas de tu padre; fuimos el suspiro de quienes ya no están, pero en el camino nos obsequiaron más de una sonrisa.
Y aquí estamos, entre la duda de lo nuevo y la esperanza de los nuestros; ansiosos por saber que vendrá, ignorantes a la vendimia del presente; esperando que algo magnífico suceda, sin saber que lo magnífico yace en nuestra voluntad.
Somos arte hecho carne, ilusión y coraje; y mañana seremos la historia para quienes continuarán la honrosa misión de buscar mejores días…
