Inicio esta columna expresando mi gratitud al pueblo ecuatoriano por el NO rotundo expresado a las preguntas del Referéndum y Consulta Popular acaecidos el 16 de noviembre pasado, con las cuales Daniel Noboa pretendió legitimar su ambición para que el Ecuador sea el escenario de entronización y perpetuación del neoliberalismo.
No sé qué dicen ustedes, pero para mí, urge plantear un cambio de modo de vida no solo para el Ecuador sino para el mundo entero, pues el que vivenciamos solo favorece a los intereses de una oligarquía cada vez más pequeña en número de sus miembros, pero más sedienta y voraz, que actúa por egos, poder y acumulación de riquezas.
Desde mediados del siglo anterior, el neoliberalismo como expresión política del capitalismo, trajo consigo una actitud de repudio a las políticas públicas keynesianas que suelen entregar al Estado un papel decisivo en el desarrollo económico. En todo este tiempo, sistemática e intencionadamente los derechos de los sectores populares, de la clase media y de la Naturaleza se han ido erosionando. En el caso del Ecuador los gobiernos se constituyeron en el instrumento de acumulación y fortalecimiento del poder oculto que ha creado para su beneficio un nuevo orden mundial.
Con Ramiro Reynaga, el escritor y cientista social andino, comparto la tristeza y el desazón cuando evidencio que las corrientes de pensamiento, cuya génesis está en la Revolución Burguesa (izquierdas y derechas), se parecen mucho entre sí, pues han actuado potenciando sistemas expoliadores y extractivistas, haciéndole de esta manera el juego a los tenedores del poder global, el cual intencionada y sutilmente se ha valido de cada bando para que se enfrenten y así, seguir erigiéndose como el dominador del mundo.
A nadie le cabe duda ya, que los Estados ya no son los que dominan, ¡para nada!, es el capital global corporativizado que subyuga y avasalla a la inmensa mayoría humana. Estas ideologías “burro pie” han servido al sistema neoliberal, pues han conseguido la mejor distracción de las masas con sus posturas y acciones en la práctica contradictorias.
Sin duda el Nuevo Orden Mundial que intenta que la mente de la humanidad toda está bajo la dependencia tecnológica y en absoluto control del capital global, ahora quiere que todos y todo seamos gobernados a través de un totalitarismo disfrazado de libertad. Hoy tenemos acceso a información, sí nadie lo duda, sea falsa o verdadera, pero no tenemos control sobre los medios de vida; hoy increíblemente competimos para saber quién anotó el mejor gol de la supuesta mejor liga o campeonato y no sabemos sobre los problemas de salud, de educación, de seguridad de nuestro entorno.
Hoy engullimos información del ídolo musical que nos crearon y desconocemos totalmente qué debemos hacer para aportar individual y colectivamente en contra del calentamiento global. ¡Así estamos, a esta terrible situación hemos llegado!
Sin embargo, desde la esperanza debo indicar que este escenario ignora lo que la Madre Tierra está preparando para la especie homo sapiens y en su defensa. Por ello, debemos prepararnos vivenciando lo comunitario, lo cooperativo y lo sustentable a fin de que la inminente catástrofe climática y ambiental que se nos viene si no cambiamos de modelo de producción o de desarrollo, no nos destruya como especie. Entendamos entonces, que en nosotros está la esperanza y la supervivencia de la especie humana. ¡Así de simple!
No olvidemos que para el modo de producción y consumo capitalista lo que cuenta son las empresas y las personas jurídicas y no los seres humanos reales con carne, hueso y espíritu. Así es que estoy convencido que hemos llegado a un punto de inflexión. ¡O cambiamos de modo producción o chaíto a la vida humana tal cual la conocemos! ¿Qué dice usted?
