COLUMNISTAS

Reflexión del alma 

Ojalá aprendamos a mirar a los demás con los ojos del corazón.

A decir sin miedo lo bonito que vemos en otro ser,

a reconocer su luz, su lucha, su esencia. Que no nos limite el temor ni el orgullo,

porque una palabra sincera puede sanar,

puede levantar un alma cansada

y recordarle su propósito en este mundo. Ser empáticos es un acto sagrado, es ver lo divino en el otro, es honrar la humanidad que compartimos,

es tocar sin manos y abrazar sin distancia. Que cada día tengamos el valor

de iluminar a alguien con nuestra voz, porque cuando elevamos a otro, también elevamos nuestra propia alma. 

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