María Corina Machado, Premio Nobel de la Paz 2025. Su condecoración no viene sola, viene acompañada del liderazgo y sacrificio de varios paladines de la libertad, entre ellos Leopoldo López, prisionero político en el 2014, ahora exiliado en Madrid; Juan Guiadó, elegido presidente en el 2019, reconocido como tal por más de 50 países; Antonio Ledezma, prisionero político en el 2015, exiliado en Madrid, etc.
De igual forma, su condecoración celebra el apoyo que Venezuela ha recibido para que regrese a la democracia. Entre tantos líderes en el mundo, se destacan Donald Trump, Javier Milei, Nayib Bukele, Luis Lacalle, etc. Empero, su premiación también condena el apoyo de otros tantos a la narco-dictadura de Nicolas Maduro, entre ellos: Evo Morales, quien mencionó que premiarla era “inmoral”; Rafael Correa, quien escribió “echaron el Nobel de la Paz a la basura”; Gustavo Petro calificó a María Corina como despreciable, añadió: “¿Cómo una persona que solicita ayuda a un criminal contra la humanidad, con orden de captura internacional, va a traer democracia a Venezuela?”.
Y aunque la postura política de Machado ha sido cuestionada por los mismos venezolanos a causa de ciertos lazos familiares con movimientos socialistas en el pasado, es indiscutible que su imagen se construyó como un halo de esperanza para miles de personas que deseaban regresar y otros millones que todavía anhelan aquellos años de prosperidad y paz que vivieron antes del asalto del Socialismo del Siglo XXI.
