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COLUMNISTAS

LOS PASES DEL NIÑO

Han iniciado con fuerza las actividades navideñas entre las que sobresalen los pases del niño, costumbre enraizada en los habitantes de la ciudad y algunos cantones de la provincia. A través de esta demostración de fe se tejen varias aristas a analizar, cómo la dinámica económica que esto impone con el alquiler de trajes, equipos de música, trabajo para músicos de las bandas de pueblo, contratación de bailarines, en otros casos los mismos organizadores, comida para servir a los acompañantes, etc., etc., es decir, un cúmulo de actividades que generan movimiento de circulante.

Se dice que en muchos casos quienes participan es con mucha devoción y amor al Divino Niño, por pagar favores recibidos o milagros concedidos, no escatiman esfuerzos y se lucen por deleitar al Niño recién nacido. Otros en cambio por cumplir compromisos, por diversión, pasatiempo, negocio y algunos hasta por dejar de trabajar. En muchos casos ocupan las horas laborables de las instituciones. La devoción es en horas de oficina, pues no pueden hacerlo fuera de ellas.

Es aquí donde nacen comentarios si en realidad es la fe, interés, protagonismo, tradición o paganismo que mueve a las personas para su participación, lo cierto es que en estos días la ciudad tranquila y franciscana se vuelve caótica, y como siempre las autoridades no han superado el grado de organización que debe existir para evitar conflictos con el golpeado sector comercial del centro de la ciudad. 

Los pases del Niño representan un patrimonio intangible de Riobamba, momento especial para la reflexión. Los sermones de los sacerdotes llaman a ser mejores personas y ciudadanos de bien; si todos practicáramos lo que se escucha, indudablemente que el mundo sería mejor, nuestra ciudad sería casi un paraíso. Como decían los profesores antiguos por la una les entre y por la otra les sale. Es importante que estos días lleguemos a una introspección y luego de meditar pongamos nuestros mejores esfuerzos mentales, espirituales y de intención para terminar el año dentro de los mejores términos, esperando que el próximo año las cosas mejoren no únicamente en beneficio de nosotros, sino de todos. Si todos estamos bien, el mundo será mejor.

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