COLUMNISTAS

La Ética del Revolucionario

Las movilizaciones que silencian los ataques sistemáticos a los trabajadores, agricultores, empresarios, trabajadores, más la destrucción al sistema económico y el miedo que intentan generar entre la población, parecieran ser las tácticas comunes a los paros que hemos vivimos en el último lustro. Aquello lo intentan justificar con frases prefabricadas, frases que dibujan la victimización como elemento central, y la revolución como único método de salvación.

Nadie les ha contado sobre los 60 millones de muertes que produjo la Revolución Bolchevique y el Socialismo de la Unión Soviética. No han escuchado sobre los 40 millones de muertos durante la Gran Revolución Cultural Proletaria liderada por Mao Zedong en China. No les enseñaron sobre los 5 millones de muertes durante el genocidio perpetrado por Pol Pot en Camboya durante la implementación del comunismo.

Los métodos son inmorales: lo que destruyen es lo que intentan proteger. Se quejan por el desempleo, pero destruyen el empleo que generan los comerciantes. Se quejan por la pobreza y al mismo tiempo la generan al intimidar el trabajo. Ahuyentan la unidad, y luego piden unidad para las elecciones o referéndums. No, la revolución no es la solución.

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