JUSTICIA Y GUAYAQUIL EN OCTUBRE
Un 9 de octubre del 1820, se forjó la ‘Provincia libre de Guayaquil’ con su Independencia y, como Estado independiente incentivó la independencia de la ‘Real Audiencia de Quito’ y, las guerras por la independencia de toda Hispano América, e instaron al Presidente de la Junta del Gobierno de Guayaquil: José Joaquín de Olmedo (1780) a convocar a los líderes libertadores de América del Sur, que leales conformaron el ejército libertador. Debilitadas las fuerzas españolas se desencadenó sin freno el anhelo de libertad, consiguiendo la independencia de la naciones.
Esta fecha tan relevante de nuestra historia, nos encuentra en medio de un infame ‘Paro Nacional’ que no solo implica cierre de carreteras, emboscadas, rehenes, freno al trabajo fecundo en todo sentido, etc. Sino que en esta semana nos enfrenta al dilema de un intento de asesinato o magnicidio al ‘PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA DANIEL NOBOA’.
Afectando no solo a su persona sino a todos los ecuatorianos. Inés Manzano Ministra de Energía refiere: “Las personas manifestantes lanzaron piedras al automóvil del presidente y agregó que también hubo ¡signos de bala!, el mandatario se dirigía a un evento en el municipio de El Tambo, de la provincia de Cañar” Manzano (1971). Esta información y videos ya dan la vuelta al mundo por medio de la cadena BBC. Cuando recuperábamos poco a poco nuestro buen nombre, esta violencia nos retrasa. ¡No hay nada peor que la hipocresía! hoy fueron puestos en libertad los cinco detenidos del ataque a la caravana del Presidente.
Claro está él dicho popular qué reza: ¡Tira la piedra (el tiro) y esconde la mano! Así actúan quienes están en las calles fomentando el caos. Los ecuatorianos estamos conscientes que el ‘PARO’ nos disminuye y, no podemos ponernos al mismo nivel de violencia de quienes fomentan este descalabro. Pero ya es hora que ‘PAREN’ y paguen los desmanes y daños al país y sus ciudadanos.
Recuerdo a Mario Bennedetti que en uno de sus versos dice con toda cordura: “Tus manos son mi caricia, mis acordes cotidianos, te quiero porque tus manos trabajan por la justicia” Bennedetti (1920) ¡Trabajen por la justicia carajo! Les invito a leerlo e interpretarlo con razón e inteligencia.