EXPLICACIONES
Hace más de cien años varios fieles cristianos católicos tenían algunas dudas sobre su fe, ante las cuales, pedían algunas aclaraciones y explicaciones, propias del momento, que eran anunciadas en publicaciones de carácter religioso, que dejaban secciones especiales para este fin.
Doña Zita pregunta a la revista El Mensajero lo siguiente: Tengo ahora un montón de escrúpulos; más su reverencia hará comprender las cosas y tranquilizará.
La respuesta de la revista católica fue: “Lo que quieras, Zita, con tal que todo sea claro y breve. ¡Andando!
1ª ¿Se puede comulgar después de haber tomado una o varias píldoras de remedio? Poco ha, por olvido, me tragué una entera muy pequeña, y después comulgué. – Respuesta ¿No sabías que eso no se puede?… No pecaste, por no saberlo; pero nunca más hagas eso; no se puede.
2ª ¿Hay que lavarse la boca antes de comulgar?-
Respuesta: No se requiere precisamente, ni la noche antes ni por la mañana; basta que, quien comulga, guarde el aseo conveniente.
3ª ¿Se puede tragar la saliva, aunque sea más gruesa….. antes de comulgar? – Respuesta: Si
4ª ¿Y (se puede) escupir después de comulgar? –
Respuesta: Si, pasados unos momentos cuando no queda ya nada de la forma en la boca.
5ª ¿Y bañarse el día en que se ha comulgado? –
Respuesta: también: todo con modestia.
Rita presenta esta inquietud: ¿Hay obligación de confesarse con un solo confesor fijo? Si alguna vez me confieso con otro, ¿tendré que advertirle a este, y después darme cuenta de eso mismo a mi confesor ordinario? ¿Y si se pregunta cuántos días hace que me confesé?
La respuesta fue: “Muchos escrúpulos son esos: hay que extirparlos. Bueno es tener un confesor fijo, sobre todo en tiempo de más ilusiones, de más caídas, de más tribulaciones. A muchas almas tienta el diablo contra sus confesores, porque estos no los consienten sus caprichos ni condesciende con sus impertinencias

