Crédito MITI-MITI para aliviar el déficit de viviendas en Ecuador
El crédito MITI-MITI impulsa el acceso a vivienda en Ecuador, ofreciendo financiamiento compartido entre el Estado y los ciudadanos para reducir el déficit habitacional y promover hogares dignos y sostenibles.

Aunque el Gobierno Nacional impulsa el programa MITI-MITI para facilitar el acceso a una vivienda digna, las barreras institucionales, la falta de planificación urbana y la débil coordinación entre municipios, prefecturas y el Estado continúan frenando la construcción de proyectos habitacionales en el país.
A diciembre de 2020, el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (MIDUVI) estimó un déficit total de 2.744.125 viviendas, de las cuales 665.612 eran irrecuperables y 2.078.512 necesitaban mejoras estructurales o servicios básicos. Aunque el déficit cuantitativo se ha reducido, la carencia de vivienda adecuada sigue siendo crítica.
El arquitecto Miguel Arostegui, exdirector del MIDUVI en Chimborazo, advierte que el problema no se limita al financiamiento, sino a la falta de políticas territoriales efectivas y de decisiones municipales que promuevan suelo accesible y proyectos de interés social.
“El país necesita alrededor de 1,2 millones de viviendas por año para reducir el déficit, pero los municipios no han asumido su responsabilidad en el ordenamiento territorial ni en el control del uso de suelo”, explicó.
Un programa nacional con límites locales
El programa MITI-MITI, ejecutado por el Ministerio de Infraestructura y Transporte (MIT), busca promover la vivienda social mediante créditos hipotecarios de tasa preferencial.
El Gobierno cubre el 50% del costo de los intereses y el beneficiario el otro 50%, lo que reduce la tasa al 4,99% anual.
La iniciativa pretende dinamizar el sector y ampliar el acceso a la vivienda propia. Sin embargo, su ejecución depende directamente de la gestión local: los proyectos deben contar con:
- terrenos disponibles,
- servicios básicos,
- permisos municipales
- ordenanzas que faciliten su aprobación.
En muchos cantones, estos procesos siguen siendo lentos o inexistentes.
“El Gobierno puede ofrecer créditos o subsidios, pero si los municipios no actualizan sus ordenanzas, no compran tierras ni planifican el crecimiento urbano, los proyectos no se materializan”, señaló Arostegui.
Burocracia y falta de suelo urbanizado
En ciudades como Riobamba, la expansión desordenada y la falta de planificación dificultan el acceso a vivienda formal.
Según Arostegui, el 35% del suelo urbano permanece vacío o en engorde, mientras proliferan los lotizadores informales que venden terrenos sin infraestructura ni escrituras.
Además, la tramitología excesiva para aprobar planos y permisos desalienta tanto a inversionistas como a familias que buscan construir su casa.
“Los municipios deberían tener ordenanzas más ágiles, con menos papeles y más facilidades, tanto para grandes proyectos como para autoconstrucción familiar”, indicó el arquitecto.
La situación se agrava porque las prefecturas, responsables de la vialidad rural, tampoco se articulan con los planes municipales de vivienda, lo que retrasa la dotación de servicios básicos en nuevas zonas urbanas.
El crédito “Mi Casa Propia”: una alternativa con alcance limitado
El Banco del Pacífico, en alianza con el programa MITI-MITI, lanzó el crédito hipotecario “Mi Casa Propia”, destinado a quienes adquieren su primera vivienda.
- Tasa de interés: 4,78% anual.
- Plazo: 20 o 25 años.
- Cuota inicial mínima: 5%.
- Financiamiento: hasta 95% del valor total.
- Ingresos máximos: USD 2.980 mensuales.
El crédito se aplica a viviendas de interés social (VIS) hasta USD 83.660 y de interés público (VIP) hasta USD 107.630.
Hasta ahora, el programa ha permitido la entrega de 6.000 viviendas y la ejecución de 900 proyectos a escala nacional.
No obstante, Arostegui enfatiza que estos esfuerzos no son suficientes sin un soporte territorial adecuado:
“La vivienda no se resuelve solo con créditos, sino con planificación, control del suelo y políticas locales coherentes. Si los municipios no actúan, los programas como MITI-MITI quedan a medias”.
El reto: coordinar la política nacional con la gestión local
Expertos coinciden en que la solución al déficit de vivienda requiere una acción conjunta entre el Gobierno, los municipios y el sector privado. Se necesitan ordenanzas flexibles, planificación a largo plazo, compra de suelo público y control de precios para evitar la especulación.
“El urbanismo debe pensarse a 50 años, no a cuatro”, sostiene Arostegui.
“Una ciudad equilibrada no puede tener solo vivienda; necesita espacios para educación, salud y recreación. Si seguimos extendiendo las urbes sin control, la crisis habitacional solo cambiará de forma, pero no desaparecerá.”
FAQ (para Rank Math)
¿Qué es el programa MITI-MITI?
Es una iniciativa del Gobierno Nacional que facilita créditos hipotecarios para vivienda social, en la que el Estado cubre el 50% de los intereses, reduciendo la tasa al 4,99% anual.
¿Por qué el programa MITI-MITI avanza lentamente?
Porque depende de la planificación urbana y las decisiones de los gobiernos locales, que en muchos casos no cuentan con suelo urbanizado ni ordenanzas actualizadas.
¿Cuál es el déficit de vivienda en Ecuador?
Según el MIDUVI, hasta diciembre de 2020 el déficit era de 2.744.125 viviendas, entre irrecuperables y aquellas que requieren mejoras estructurales.
¿Qué requisitos tiene el crédito “Mi Casa Propia”?
Está destinado a quienes adquieren su primera vivienda, con tasa de 4,78%, plazo de hasta 25 años y financiamiento del 95% del valor total.
¿Qué se necesita para reducir el déficit habitacional?
Mayor coordinación entre el Gobierno central, municipios y prefecturas, políticas de suelo accesible, control de precios y planificación urbana sostenible.
