Concejal considera que Ambato vive su peor historia. Conozca la visión crítica de la concejal Sabina Gamboa sobre la gestión municipal.
En una entrevista realizada por este medio de comunicación, la concejal de Ambato, Sabina Gamboa, nos habló sobre su visión crítica en cuanto a la actual gestión municipal del cantón, considera que la actual, es la peor historia de la ciudad.
Durante estos dos años, han existido momentos de desacuerdo o dificultades en la toma de decisiones ¿Cómo ha manejado esos desafíos?
Comprendí que estamos dentro de un sistema, de un sistema violento, de un sistema que pretende callar a las voces que incomodan, de un sistema que pretende callar a las voces disidentes.
Lastimosamente cuando las mujeres no tienen un proceso ni político, ni comunitario, ni colectivo, no entienden por qué están ahí.
Y, lo que hacen es reproducir lastimosamente relaciones verticales y violentas de ejercer la política.
¿Cuáles son las fallas más graves de la administración actual municipal?
Yo creo que una de las fallas principales es el desconocimiento de la administración pública, el tema de no haber consolidado su equipo de trabajo.
Además, el asumir que la administración pública no es lo mismo que la administración privada, que son temas muy distintos, y algo fundamental.
Yo creo que es el ego de querer llegar a ser alcalde o alcaldesa sin tener el conocimiento suficiente, la entrega suficiente, el amor por la ciudad.
Porque para estar en estos espacios uno debe sentir primero pertenencia y segundo el cariño por la ciudad.
¿Cree que hay una desconexión entre el gobierno municipal y las necesidades reales de los ciudadanos?
Bueno, a mí me parece curioso que a pesar de ser una persona que dice venir de ahí, lo primero que ha hecho es desconectarse de las raíces de donde viene.
De acuerdo a sus perspectivas, ¿cómo cambiar estas dinámicas?
Bueno, lo que he dicho en el Consejo Municipal, la señora alcaldesa Caiza debe darse un baño de humildad sobre todo.
Ser alcalde o ser alcaldesa de un cantón requiere en primer momento un sentido muy grande de humildad.
Porque un día se es autoridad, al siguiente no, y no hay nada mejor que ir por la calle de nuestras ciudades con la frente en alto y que la gente reconozca el trabajo que uno ha realizado.
