Bolívar: niños sobreviven entre plásticos y frío
En Bolívar, niños sobreviven entre plásticos y frío. Sin casa digna, enfrentan enfermedades, hambre y lluvia. Piden ayuda urgente

En Bolívar, niños sobreviven entre plásticos y frío, sin casa digna ni servicios básicos, en medio de una lucha diaria por vivir.
En las alturas del cantón Chimbo, parroquia La Magdalena, barrio Panchigua Alto. La historia de Mercedes Llanos retrata una realidad de dolor, lucha y resistencia.
Madre de tres hijos, perdió a su primera hija a los cuatro meses de edad, en Quito, mientras buscaba desesperadamente atención médica.
Hoy, vive en una vivienda improvisada con plásticos, ramas y piolas, construida sobre un terreno que su padre de 72 años le cedió.
Cada noche, Mercedes y sus hijos duermen en el piso de tierra, entre cobijas viejas y sogas, intentando abrigarse del frío.
En épocas de lluvia, el temor es constante: el agua puede derrumbar lo poco que tienen, dañando aún más su frágil vivienda.
Niños de Bolívar luchan cada día por sobrevivir
No cuentan con agua potable ni energía eléctrica. Para tener agua en casa, le han solicitado 900 dólares, suma imposible para su situación. Por ahora, camina junto a sus hijos a casa de su vecina para cargar agua en baldes.
La luz eléctrica tampoco es una opción: no tiene casa de bloque, como exige la normativa. Para hacer sus necesidades, deben ir al terreno, sin baño ni privacidad.
La alimentación es incierta. “Algunos días comemos, otros no tenemos nada”, cuenta. Los pocos ingresos que consigue se destinan a medicinas para sus hijos, que luchan contra enfermedades respiratorias, agravadas por el frío y la humedad.
Cría gallinas, las vende y destina el dinero para comprar lo indispensable en medicina.
Su ropa y la de sus hijos proviene de donaciones. Los zapatos, en su mayoría rotos, también son regalados. A pesar de todo, sus hijos intentan seguir estudiando.
Mercedes camina varios kilómetros a diario hacia la cabecera cantonal de Chimbo, llevando a su hijo menor de la mano y un cajón para lustrar zapatos en las calles, esperando obtener entre 4 a 6 dólares al día, que nunca alcanzan.
Su esposo los abandonó hace años, diciendo que buscaría trabajo. Nunca regresó.
Ella, con dolores corporales constantes, sigue adelante por sus hijos. “Quiero una casita de bloque, para que mis hijos no pasen frío ni se enfermen más”, dice entre lágrimas.
Ayuda urgente para familia que sobrevive entre plásticos
La historia de Mercedes se dio a conocer gracias al Abg. Israel Chicaiza, presidente de la Fundación Rescatando Familias de la Pobreza, quien busca ayuda urgente para ella y sus hijos.
Israelito, como lo conocen, pone a disposición los datos para quienes deseen colaborar:
- Cuenta de ahorros: #0018861119
- RUC: 1891811124001
- Nombre: Fundación Rescatando Familias de la Pobreza
- Contacto directo: 0980020592 (Abg. Israel Chicaiza)
“Esta familia vive en condiciones inhumanas. Necesitamos solidaridad real. Con cada granito de ayuda podemos cambiar su destino”, dice el abogado Chicaiza.
Mercedes no pide lujos. Pide una casa. Agua. Salud. Dignidad. Su testimonio es un llamado a despertar la compasión en nuestras comunidades.
En Panchigua Alto, su lucha continúa, esperando que alguna mano amiga le tienda la esperanza que tanto necesita.