Asamblea: alternancia en la presidencia y críticas por desconexión legislativa
La Asamblea registra alternancia en su presidencia entre Niels Olsen y Mishel Mancheno, mientras crecen las críticas por desconexión legislativa, falta de liderazgo e independencia frente al Ejecutivo.

Escucha la nota completa:
En el último mes, el Pleno de la Asamblea Nacional ha desarrollado siete sesiones en medio de un contexto nacional marcado por graves problemas de seguridad, economía y, especialmente, salud pública.
A pesar de este escenario crítico, la dinámica del Legislativo ecuatoriano ha sido objeto de crecientes cuestionamientos debido a su limitada capacidad de respuesta frente a las principales demandas ciudadanas.
Diversos sectores sociales, académicos y políticos coinciden en que la Asamblea no ha logrado posicionarse como un actor clave para enfrentar la crisis nacional, lo que refuerza la percepción de una institución desconectada de la realidad del país y con una agenda poco alineada a las urgencias sociales.
Alternancia en la presidencia del Pleno genera atención y críticas
Uno de los aspectos que ha concentrado la atención pública es la alternancia en la presidencia del Pleno de la Asamblea Nacional.
El presidente del Parlamento, Niels Olsen, ha encargado en varias ocasiones la conducción de las sesiones a la primera vicepresidenta, Mishel Mancheno.
Aunque durante el mes de diciembre la legisladora por Chimborazo asumió esta función solo en una ocasión, en noviembre —en pleno desarrollo de la campaña por el referéndum y la consulta popular— fue frecuente que Mancheno presidiera las sesiones o que estas responsabilidades recayeran en autoridades legislativas alternas.
Para analistas políticos, esta dinámica no responde únicamente a cuestiones administrativas, sino que evidencia problemas estructurales en el funcionamiento del Legislativo, así como una falta de liderazgo sostenido en la conducción parlamentaria.
Críticas por falta de iniciativa legislativa propia
El docente universitario y analista político Jonathan Segura sostiene que la Asamblea Nacional se ha limitado principalmente a aprobar proyectos de ley enviados por el Ejecutivo, sin impulsar iniciativas propias que respondan a las necesidades actuales del país.
Según Segura, esta conducta refleja una clara desconexión entre la Asamblea y la realidad nacional, lo que debilita su rol constitucional como generadora de políticas públicas y espacio de debate democrático.
La ausencia de propuestas estructurales en temas clave como seguridad, empleo y salud refuerza esta percepción negativa.
Desgaste institucional y vaciamiento del rol legislativo
Este comportamiento se inscribe dentro de una dinámica más amplia de desgaste institucional y vaciamiento del rol legislativo, un fenómeno que ha sido advertido por diversos sectores ciudadanos y organizaciones sociales.
Entre las principales críticas dirigidas al Parlamento constan:
- La priorización de exhortos políticos simbólicos sin efectos prácticos
- Debates estériles sin impacto real en la vida de los ciudadanos
- Confrontaciones políticas que profundizan la polarización nacional
- Escasa producción normativa con enfoque social y territorial
Estas prácticas han contribuido a una pérdida progresiva de credibilidad de la Asamblea Nacional como órgano de representación popular.
La transición en la presidencia del Pleno entre Niels Olsen y Mishel Mancheno no ha implicado un cambio sustancial en la lógica de funcionamiento legislativo. Hasta el momento, no se observan nuevas agendas parlamentarias de fondo, proyectos estructurales en debate ni resultados concretos antes del receso legislativo.
Para los críticos, este relevo aparece más como un procedimiento formal que como una oportunidad real para reorientar la acción legislativa y recuperar la legitimidad instituc
Cuestionamientos por cercanía con el Ejecutivo
Tanto Olsen como Mancheno pertenecen al bloque oficialista Acción Democrática Nacional (ADN), lo que ha reforzado los cuestionamientos sobre la independencia del Legislativo frente al Ejecutivo.
De acuerdo con analistas, esta cercanía política debilita la función de fiscalización, difumina los límites entre los poderes del Estado y reduce la capacidad de la Asamblea para actuar como un verdadero contrapeso institucional.
Como resultado, se erosiona aún más la confianza ciudadana en el Parlamento.
La participación activa de ambas autoridades legislativas en la campaña por el “Sí” en el referéndum ha profundizado esta percepción.
En el caso específico de Mishel Mancheno, su protagonismo en la presidencia del Pleno mientras desarrolla actividades proselitistas ha sido interpretado como una señal de gestión legislativa condicionada por intereses político-partidistas.
Este escenario ha abierto el debate sobre los límites éticos y políticos del ejercicio de cargos legislativos en contextos electorales.
Escaso impacto territorial para Chimborazo
Desde una perspectiva territorial, Jonathan Segura señala que no se percibe un beneficio concreto para la provincia de Chimborazo por contar con la primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional.
No se evidencia una agenda legislativa enfocada en la defensa de los intereses provinciales, ni resultados relevantes en términos de debate parlamentario, fiscalización o producción normativa que favorezcan directamente a la región.
Un Legislativo sin liderazgo claro ni proyecto político
En este contexto, la figura de Niels Olsen y el ascenso temporal de Mishel Mancheno no aparecen como una solución al desgaste institucional de la Asamblea Nacional, sino más bien como un reflejo de sus limitaciones actuales.
El Parlamento enfrenta serios cuestionamientos por la falta de un proyecto político propio, de liderazgo claro y de capacidad para responder de manera efectiva a la crisis social, económica y de seguridad que atraviesa el país.
La desconexión con la ciudadanía continúa siendo uno de sus principales desafíos.
Preguntas frecuentes sobre la Asamblea
¿Por qué se critica la gestión de la Asamblea Nacional?
La Asamblea Nacional es criticada por su limitada producción legislativa, su dependencia de proyectos enviados por el Ejecutivo y su desconexión con las principales demandas ciudadanas.
¿Quiénes presiden actualmente la Asamblea Nacional?
El presidente de la Asamblea es Niels Olsen, quien ha encargado en varias ocasiones la presidencia del Pleno a la primera vicepresidenta, Mishel Mancheno.
¿Qué cuestionamientos existen sobre la alternancia en la presidencia?
Analistas señalan que la alternancia no ha generado cambios de fondo en la agenda legislativa ni ha mejorado la capacidad de respuesta del Parlamento frente a la crisis nacional.
¿Por qué se cuestiona la independencia del Legislativo?
Tanto Olsen como Mancheno pertenecen al bloque oficialista ADN, lo que genera dudas sobre la capacidad de la Asamblea para fiscalizar al Ejecutivo de manera independiente.
¿Ha beneficiado Chimborazo de tener a la vicepresidenta de la Asamblea?
Según analistas, no se evidencian beneficios concretos ni una agenda legislativa orientada a los intereses de la provincia de Chimborazo.

