San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (salesianos) el 18 de diciembre de 1859, fecha en la empezó el largo y tortuoso camino para la aprobación de la misma; el 23 de julio de 1864 se expidió el “Decretum Laudis”, que “alababa y recomendaba la nueva sociedad”; se reconocía que Don Bosco, sus sacerdotes, clérigos debían atender a los adolescentes “que viven en condiciones miserables”, según lo recuerda el P. Fernando Peraza, sdb. El 1 de marzo de 1869 la Congregación de Obispos y Regulares emitió el Decreto de aprobación definitiva, pero todavía faltaban las Constituciones, que serán aprobadas el 11 abril de 1874, pendiente aún quedaba el tema de los Privilegios.
La nueva congregación religiosa creció rápidamente, y de varias partes de la recién unificada Italia y de otros países pidieron la presencia salesiana. El siglo XIX hubo un importante florecimiento de las misiones dentro de la Iglesia católica; desde la Argentina llegaron varias cartas solicitando la presencia salesiana.
Finalmente, el 11 de noviembre de 1875 don Bosco enviaba a sus primeros misioneros a Argentina; en el sermón de despedida se refirió de manera concreta, relata el P. Peraza citando a las Memorias Biográficas, a la triste y lamentable situación de los migrantes italianos, a quienes los misioneros debían rescatarlos y “encaminarnos de nuevo al camino de la salvación eterna”.
El 14 de noviembre partieron a América los primeros diez salesianos: Bartolomé Scavini, Vicente Goia, Valentín Cassini, Juan Bautista Baccino, Esteban Belmonte, Domingo Tomatis, Juan Bautista Allavena, Bartolomé Molinari, Juan Cagliero, José Fagnano.
Este año se celebran los 150 años de la primera misión salesiana. En Ecuador se establecieron en enero de 1888, siendo Quito la primera ciudad que los acogió; a Riobamba lo hicieron en noviembre de 1891.
