El mundo, particularmente aquel que profesa la religión católica, ha empezado con las actividades vinculadas al nacimiento de Jesús, que en los últimos tiempos responden a intereses comerciales que mueven a la sociedad en torno a las compras.
No faltan, por supuesto, los espectáculos y diversiones que no solamente se distancian del verdadero motivo del festejo navideño, sino que además, en no pocas oportunidades están francamente en contra de ese invalorable espíritu cristiano.
Nuestra ciudad , que aún mantiene su fe religiosa, es un mundo propicio para esa demostración de cosas espirituales y un modo de expresión es el de los así llamados “pases de Niño”, que es la conjunción de la fe, el folklore y la sinergia de la cultura prehispánica con las expresiones más modernas de nuestra existencia.
Con toda nuestra mejor inclinación confiamos que el presente mes sea para todos nosotros una fuente de alegría y esperanza de un mundo en paz y armonía.
