MISIONES EN PENIPE
La Iglesia cristiana católica con el claro objetivo de acercarse y evangelizar a sus fieles buscó varios mecanismos. Esta labor, a no dudarlo importante, dejaba huellas en las distintas partes que eran objeto de visitas por religiosos, religiosas y el clero secular. El año de 1917 se realizó una misión en la entonces parroquia Penipe.
La revista “El Mensajero” de octubre de 1917 presenta un breve relato de esta misión:
“Este pueblo viril (Penipe), que impulsado por las circunstancias y dirigidos por su propio valor, ha sido el primero en lanzarse a las regiones orientales, abriéndose camino a través de nuestras gigantescas cordilleras, es uno de los más religiosos de la provincia de Chimborazo. Si no hubiera otros datos, bastaría para probar la fructuosísima (sic) que en él acaban de dar los misioneros jesuitas, padres Luis Gallo, Pedro Perriér y Arturo Kayaaerts.
El fervor religioso de sus habitantes se ha manifestado no sólo en el concurso a todos los actos de la misión, sino principalmente en el número de las personas que recibió el pan eucarístico, que llegó a 2300. Sólo tres individuos del pueblo han quedado sin participar del beneficio de la misión. Otro de los frutos recogidos en esta ocasión han consistido en la renovación y reorganización de las congregaciones religiosas del Apostolado de la Oración, de las Hijas de María y del Perpetuo Socorro”
Las misiones, de manera general, consistían en prédicas, sermones, prácticas de piedad, confesiones, visitas a los enfermos, misas. Estos actos de piedad, en muchas ocasiones, impactan en los fieles y era común ver varias conversiones. Como recuerdo de una misión a la entrada de los pueblos se levantaba una cruz de madera.
