Los cambios importantes que han existido en la civilización, las transformaciones que se han dado de época en época han sido posibles gracias a la presencia de grandes hombres visionarios, inquietos por buscar una transformación del status quo de las cosas, que aportaron significativamente en avances científicos, tecnológicos, inventos y cambios en todas las actividades del ser humano, mismas que han sido las que han orientado positivamente para evolucionar a lo que hoy es el mundo en que vivimos.
Todo esto ha sido posible gracias a la suma de voluntades de muchas personas que se han dejado llevar por líderes que dirigen, orientan, y educan mostrando sus mejores versiones y capacidades, ayudando de forma positiva para aliviar la vida de sus congéneres.
Los líderes son personas que inspiran, que construyen, gente que trabaja más de lo normal, íntegros, transparentes, con formación profesional o autodidactas, que tienen buenas relaciones y empatía, saben transmitir y mantienen buena comunicación, trabajan en equipo de forma ética y transparente, se encargan de resolver conflictos para seguir avanzando y ejercen influencia con su ejemplo de positividad.
También son críticos pero sobre todo consigo mismo, se adaptan a los cambios, son innovadores y tienen un alto sentido de responsabilidad con ellos y con los demás, tratan de superar los problemas con estoicismo y las cosas las hacen con pasión sin necesariamente esperar retribución. Estos liderazgos han hecho muy bien al país y al mundo porque muchos van aparejados también a la creación de fuentes de trabajo solucionando la vida de familias y sociedades enteras a través de la faz de la tierra.
Sin embargo por ser mundo existe también la otra cara de la moneda, y son aquellos líderes que no se encuentran conformes con nada, se reniegan por todo, por nada y por si acaso, influyen negativamente en las personas creando versiones inventadas maliciosas y temerarias, dividen a la gente y pueblos, engañan y mienten como parte de su naturaleza humana, no transparentan sus acciones y movimientos con una alta falta de ética y compromiso, casi nunca generan nada y tratan de sacar provecho de todo en perjuicio de los demás.
Su capacidad está orientada a crear insatisfacciones y forjar reclamos codiciosos e infundados, se victimizan y crean insidias mal fundadas en tradiciones que a la fecha no existen o no son viables, incitando a la violencia para conseguir propósitos que no son generales sino básicamente personales o de grupo.
Estos estilos de liderazgo los tenemos cerca de nosotros, en nuestra ciudad, en nuestro país, en el mundo. Reconocerlos no es difícil, solo basta mirar sus ejecutorias. En la Biblia capítulo 7 del evangelio de San Mateo aparece la portentosa frase que se le atribuye a Jesús: “Por sus Obras los conoceréis”. Amigo lector, ¿le parecen conocidas algunas personas y figuras con estos perfiles?
