COLUMNISTAS

NO AL VANDALISMO

En estos días de paro, cuando nuestros hermanos indígenas han salido a las calles para exigir atención a sus reclamos, la voz de sus demandas ha sido lamentablemente opacada por la violencia. Lo que comenzó como una marcha pacífica fue contaminado por grupos infiltrados, por agitadores que no representan al verdadero movimiento indígena, sino a intereses ocultos de ciertos políticos que buscan sembrar el caos para desestabilizar al país.

Estos agitadores, provocadores han convertido las calles en campos de batalla; se han incendiado vehículos, vacunado a tenderos y a quienes debían trasladarse, saqueado locales, dañado bienes públicos, atentando contra la prensa y agrediendo a ciudadanos inocentes. Su propósito no es la justicia social, sino la manipulación del descontento.

Se aprovechan del dolor del pueblo para provocar el miedo, destruir la convivencia y golpear la economía nacional. Resulta doloroso ver cómo los mismos que en los discursos hablan de libertad y derechos, en la práctica siembran odio y anarquía. Esos falsos líderes, expertos en el engaño, buscan crear confusión, incitar a la violencia y hacer creer que la destrucción es un acto de protesta. Nada más lejano a la verdad; el vandalismo no construye patria, la destruye.

Por el bien del Ecuador, es imprescindible que se identifique y sancione a los verdaderos responsables, a esos infiltrados que han intentado apagar el espíritu pacífico del pueblo. Que la razón prevalezca sobre la barbarie, y que la paz, vuelva a florecer en este país.

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