COLUMNISTAS

Política Huerfana

Los problemas de las democracias en desarrollo se agudizan mucho más cuando no existe una clase política planificada.

La provincia de Chimborazo vive a día de hoy un sinfín de dificultades que cada vez más ponen en mayor riesgo el desarrollo de sus ciudadanos, la corrupción, la ineficacia en las políticas y el desinterés en lo público se encuentra a la orden del día; cuando uno como ciudadano regresa a buscar explicaciones del subdesarrollo al primer lugar que dirige su crítica es a las autoridades, a aquellas personas en las que se depositó la soberanía ciudadana para tomar decisiones y mejorar las condiciones, recién cuando vemos tanta falla caemos en cuenta que nunca pensamos nuestro voto dejándonos llevar como siempre por el clientelismo.

Aunque, profundizando más en este pensamiento, considero que no solo es la gente la que no medita su voto, es la oferta el problema, siempre terminamos votando por el menos malo, lo que es muestra clara de que no existe una clase política en la ciudad, la mayoría de las autoridades año tras año salen de improvisaciones motivadas por intereses individuales.

Ahora bien, la clase política no hace referencia únicamente a contar con profesionales preparados, la clase política es ese sistema que se conforma por los partidos políticos, las y los militantes, las instituciones políticas que en conjunto delimitan objetivos comunes y luchan por los mismos año tras año, si queremos alcanzar algún tipo de éxito deberíamos comenzar desde la ciudadanía junto con las autoridades a formar una clase política en la que realmente podamos depositar nuestra confianza y no estemos a la espera de la voluntad de que se den las cosas.

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