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LA NUEVA ÉTICA: EL CUIDADO A LA VIDA

Estoy convencido que, en toda la historia humana, ninguna sociedad ha vivido sin una ética, pues como seres sociales que somos, necesitamos elaborar ciertos consensos para hacer y dejar de hacer ciertas acciones, y para concebir y construir proyectos colectivos que dan sentido y horizonte a nuestra existencia.

Según los entendidos, han sido fuente de construcción ética: las religiones, la razón, el deseo y el cuidado a la vida.

El cuidado a la Vida hoy más que nunca es imprescindible. La Madre Tierra, la humanidad, los pueblos, las otras vidas reclaman cuidado y responsabilidad. Recordemos que las cosmovisiones ancestrales de toda la esfera terrestre aceptan que la humanidad es parte de la creación y promueven que ésta debe honrarla, para honrar su existencia. Por tanto, es consustancial con nosotros esta ética, que debe ser asumida individual y colectivamente, pues sino lo asumimos de forma personal y comunitaria, no podremos evitar catástrofes en todos los niveles. Los problemas del cambio climático, del calentamiento global y todo tipo crisis sólo serán resueltos cuando conscientemente asumamos amorosa y humildemente el espíritu de una ética del cuidado y la responsabilidad colectiva.


Ahora bien, es necesario que la ética del cuidado se practique con las demás fuentes éticas, pues así, éstas serán conducidas a servir a la causa principal que es salvaguardar la vida y cuidar todas las vidas de nuestra Madre Tierra, posibilitando de esta manera la continuidad de la experiencia humana y de la forma de vida que conocemos.

La evidencia de la praxis humana del cuidado a la vida pasa porque aprendamos conscientemente a tener una relación de respeto con la naturaleza y sus leyes. Necesitamos establecer un acuerdo Tierra y Humanidad fundado en la ética del cuidado a la vida, para que así podamos convivir interdependientemente, con sinergia y espíritu de reciprocidad. Sin esto no tendremos futuro.  ¿Quién, quiénes deben iniciar este acuerdo por la Vida?:

Yo, usted, nos y nosotros; cada ser humano y toda organización social, todos los gobiernos locales, regionales, nacionales; los organismos internacionales; las ONG, etc., etc., … es decir, la humanidad toda! ¿Confiar en los gobiernos? Humm!!, entonces confiemos en cada uno de nosotros y siendo multitud, siendo pueblo con voz y vida, así a los gobernantes no les va tocar otra cosa que actuar. Debemos ser ejemplo de los gobiernos y de los decisores en la localidad y en el mundo.

No olvidemos que todo lo que vemos y todo lo que existe está vivito y coleando. Se ha demostrado que, en 1 gramo de tierra, o sea, en menos de 1 puñado, existen cerca de diez mil millones de bacterias, pertenecientes hasta a seis mil especies diferentes. ¿Qué tal? Por tanto, ¿debemos o no ser parte de la nueva ética?, ¿de la nueva humanidad que cuida la vida? ¡Yo digo que sí!

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