RIOBAMBA

Perros callejeros son parte del paisaje urbano de Riobamba

En Riobamba, los perros callejeros se han convertido en parte del día a día en el centro de la ciudad. Ellos evidencian la falta de control de la fauna.

Perros callejeros son parte del paisaje urbano de Riobamba
Perros callejeros son parte del paisaje urbano de Riobamba.

En el corazón de Riobamba, los perros mestizos se han convertido en parte inseparable del entorno urbano.

Entre ellos destacan dos compañeros: un can de pelaje negro que luce una pañoleta roja y su inseparable amigo de color amarillo.

Juntos recorren calles, mercados y plazas, acompañando a comerciantes y transeúntes como si fueran guardianes silenciosos de la ciudad.

Vecinos y jóvenes que los reconocen afirman que los siguen en sus recorridos y cuentan anécdotas que revelan el riesgo de su presencia en vías transitadas, como cuando un taxi estuvo a punto de atropellar al perro negro mientras ladraba a los vehículos.

En lugares como el mercado San Alfonso, la presencia de perros callejeros es constante, llegando incluso a convertirse en cuidadores informales de los espacios.

Sin embargo, esta situación abre un debate entre la ternura y empatía que generan y los peligros que pueden representar al atravesarse en el tráfico o reaccionar de manera agresiva.

Abandono y falta de control de los perros callejeros

Detrás de esta realidad se esconde un problema estructural: el abandono animal y la falta de control efectivo sobre la fauna urbana.

Ángel Vallejo, director de Ambiente del Municipio de Riobamba reconoce la complejidad del tema y aseguran que trabajan bajo la estrategia de “capturar, esterilizar y retornar”, buscando un control ético y responsable.

Expertos también señalan que alimentar a los perros en la calle, aunque es un acto de compasión, puede atraer más animales y provocar la formación de manadas, lo que incrementa los conflictos territoriales y los riesgos para los peatones.

Reformas y soluciones en marcha

El municipio prevé reformar la ordenanza de fauna urbana con el fin de fortalecer la responsabilidad de los tutores de mascotas.

“Un perro no está en la calle porque quiere, sino porque alguien lo abandonó”, recuerdan las autoridades.

La propuesta busca un equilibrio entre el bienestar animal y la seguridad ciudadana, en una ciudad donde la convivencia diaria con los perros callejeros refleja tanto la empatía de la comunidad como la necesidad urgente de soluciones sostenibles.

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